Sonaba Libertango de
Piazzolla en la habitación, se mezclaba con el sonido de las teclas
de mi royal antigua. No sabría decirles si fue causa del vino o las
remembranzas que me trae esa melodía sólo sé que mis piernas
comenzaron a fusionar fórmulas de Lie creando un lazo extraordinario
con los pasos que desdibujaban las sombras en la habitación a media
luz.
Estridentes colores
me cegaron y al unísono el baile exacerbó la existencia del
espectro atómico discreto. Mi cuerpo seguía atado a la sombra de
Oblivion, me sujetaba con fuerza mientras me acariciaba la espalda.
Tiñó mi piel de un
aroma oriental amaderado con eco dulce y algo ambarino. Su esencia, gran cohesión y aura de abstracción, me arrojó
a los densos olores de un bosque donde la encontré esperando. Me
arrojé a abrazarla pero al momento de intentar besarla despuntó el
alba.
No podía creérmelo
Piazzolla seguía sonando, suavemente “volver” tejía nostalgias
en el aire y la botella de vino estaba intacta. Mi mente confusa, no
recordaba casi nada. Pensé me había vuelto loco por lo que tomé el
teléfono y me dispuse a comprobar la hora mas para mi sorpresa
corría el año 2006 no sabía nada de grupos de Lie menos de grupos
de lazos, el único amor que profanaba no era hacia la matemática ni menos a la mecánica cuántica era hacia ella. Por una cabeza,
todas las locuras.
Sin meditar en como
fue posible corrí despavorido sin tomar mi abrigo, con la mirada
puesta en un sitio en un momento en un encuentro en el objetivo que
cambiaría el rumbo de toda mi vida, mismo que no me orillaría en el
2017 a lamentarme por las noches escuchando a Piazolla y a volver de
amante a la locura..
Soledad, Invierno
porteño.. Me detuve ante la puerta para después tirarme en
cuclillas y gritar ¡Esto no puede estar pasando! Giré la mirada, lo
recuerdo bien. Sus enormes fauces deformes se jactaban mientras
danzaban junto a las sombras en la habitación nocturna, no había
alba, jamás habría amanecer. El espectro había tejido un enmarañado
cuento en el cual yo era el personaje principal,
ahora le pertenecía..
Una vez un demonio se enamoró, y el romance
del diablo me mantuvo en su prisión escribiendo, regresando al amor, mi amor, atrapado en la milonga del ángel de bucle infinito. γ.ک