8.10.09

Ancianos.


Me pierdo en su mirada cegada, me gana el llanto.
Sus manos… mis manos, el tiempo no ha pasado en vano.
Duerme, lo que me permitan mis fuerzas velaré sus sueños que va soñando.
Jugamos en un jardín sombrío y raro. Mis piernas ya no van a su paso.
¿Quieres llorar verdad? ¿Aun te duele?
Me pregunta bajito al oído.
No, solo quiero seguir jugando. 
Le respondo con el corazón destrozado.
Entonces ¡juguemos! Apretando mis manos con fuerza, me lleva.
Recostados sobre hierba y podredumbre escondemos llantos prohibidos.
La fantasía acompaña nuestras sombras, curvas y cansadas que van tomadas de las manos arrugadas y deformes. Anciana y anciano van caminando aunque la gente a su paso observa.. 
Mujer e hijo andando.


Yz.

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