24.7.09

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Perturbador con su halo de luz tenebrosa, inquietando mis sentidos intentando despojarme de todo y dejarme envuelto en un huevo de nada, así vino a mí. No le llamé, mucho menos le esperaba. Entró sin previo aviso un día oscuro de marzo convirtiendo mi primavera en invierno, pensé que la nevada duraría un par de días pero los días se volvieron años y con los años el invierno tornó turbias mis pupilas. 
Hice hasta lo imposible por alejarle de mí, llenaba la casa de amigos, bebíamos hasta embriagarnos pero en cuanto todos se marchaban esperándome con una sarcástica sonrisa aquello allí estaba. Agotado de meter mujeres extrañas en mi cama y harto de hacer hasta lo imposible para que aquello se marchara, un buen día renuncie a todo y le deje tendida la cama, le prepare el desayuno y deje las llaves pegadas al picaporte junto a una nota clavada en la puerta que decía:

"Hay algo atroz cruzando esta puerta. Las llaves están pegadas, para mí se ha vuelto insoportable. Tienes que estar demasiado loco para entrar y mas loco aún para decidir perder tu vida acostumbrándote al silencio que habita dentro de ella."


No recuerdo la última vez que abrí la puerta, ni tampoco recuerdo escucharla cerrarse tras de mí. Me aterra lo que pueda esperarme del otro lado. Estoy seguro que alguien me espera detrás pues todas las mañanas percibo un golpeteo como si clavaran una nota sobre la puerta de madera y en ocasiones intentan girar unas llaves dentro del picaporte. El olor putrefacto de huevos rancios en un plato y un pan enmohecido hace que me distraiga de lo que estaba pensando.. 

Y.Z.

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