Bajè a entregar otra alma.. Llevaba siglos haciéndolo y en todo ese tiempo no había podido entender las sensaciones que les producìa tener frente a ellos su pequeño cuerpo con alma, ya saben esa forma de llevarse las palmas al rostro para cubrir lágrimas. Pero lo insólito es que ellos reían al hacerlo, cubriendo así dos sensaciones que de por si causan confusión tristeza y alegría.
Cómo en cada viaje, me quede mirando esperando entenderles pero al no ocurrir nada emprendí el camino de regreso a casa. Sé que fue un descuido, que no debí regresar la mirada hacia la tierra. Le vi, caminaba despacio con las manos en los bolsillos arrastraba sus pasos como queriendo dejar algo en el pavimento, caminaba con la cabeza hacia abajo en una calle siniestra pero no se percataba de las terribles sombras que le acechaban, debo confesar que en esos líos no debo meterme y si lo hice fue por que alcance a ver en su rostro la misma incógnita que el mío mostraba al estar frente a ellos pretendiendo descubrir sus sensaciones.
Bajé y estando de frente intentò disimular el llanto, pero a mi no me engañaba por lo que le tome con fuerza y le cubrí el cuerpo con mis alas al hacerlo cayó al piso sin fuerza llevándose las manos a los ojos cubriendo la ausencia de gestos. Pobre, intentaba cubrir una imagen que le atormentaba sin saber que esa imagen estaba anclada en su mente.
Le intenté ayudar, metí mi mano entre su pecho intentando llegar a su corazón y aliviarlo un poco pero a penas rocé este y las heridas que tenía quemaron mi piel, no sentí dolor ya que los ángeles no sentimos mas mi cuerpo comenzò a convertirse en cenizas aun así seguí hasta tocar su corazón.. Fue increíble. Alcance a ver más luz de la que hay en el cielo, mis alas se desvanecieron y un escalofrío rompió el polvo en el que me convertía, alcancé a decirle sin fuerza que le protegería.
Cuando regrese en mi, me halle en el cielo, también estaba su cuerpo y estaba dios con ese gesto de desaprobación. Me cortó las alas en castigo, según él aun no debía llegar esa alma, me lanzó a la tierra y caí entre unos brazos que me sujetaban con fuerza abrí los ojos y le encontré sosteniendo lo que quedaba de mi vida, al mirarle comprendì lo que hace siglos venía intentando descubrir.
En su pecho marcas de sangre que escapaban bailarinas de mi vientre, susurró algo a mi oído que no comprendì por que ya estaba perdiendo todos los sentidos mas uno quedaba vivo.. Dios es un hombre muy sabio el peor castigo que me pudo dar no fue hacerme humano fue sin duda quitarme la vida cuando apenas comprendìa lo que es estar enamorado.
γ.ک
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